Así, la obsesión puede considerarse un funcionamiento patológico de una función natural del individuo: el pensar. Sin embargo, en tanto que es un funcionamiento patológico reviste una utilidad para el individuo, la cual se ve reflejada en el caracter paralizante del pensamiento. "El pensamiento atrasa" dice Rozitchner, y tiene razón, a condición de que nos refiramos al pensamiento obsesivo. Éste bien sirve para encontrarle la quinta pata al gato y evadir a ése peligroso félido; la obsesión es evasión mental. Permite racionalizar un problema y naturalizarlo: de la mera posibilidad percibida por la inteligencia se infiere obsesivamente la realidad de dicha posibilidad, haciendo de una situación potencialmente problemática una situación realmente problemática y facilitando entonces que dicha situación se descarte por su problematicidad supuestamente inherente.
Seguro que el pensamiento obsesivo atrasa. Y que frente al miedo que lo mueve es mejor el entusiasmo. Pero esto claramente es aplicable legitimamente sólo en los campos intelectuales en los que se demuestre su validez. Descartar el pensamiento por su problematicidad potencial supone la misma falacia que utiliza el pensamiento obsesivo para evadir su problema.
Linda contestación al Filósofo. Me parece que hay que apurarlo con este tipo de planteos, que si no, como sus amigos del Pro, se le da la oportunidad de que aproveche a victimizarse.
ResponderEliminarMuy buena publicación. La verdad cada vez me encuentro mas seguro de expresar que es indispensable desalojar a los "Paulo Coelho" del pensamiento actual, para darle lugar a otros pensadores y filosofos que realmente hagan de la Filosofía una materia de pensamiento y no de autoayuda.
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