La consciencia humana se conforma como un flujo temporal de representaciones. En la Crítica de la razón pura, Kant presenta sus doce categorías o modos determinantes en un juicio espontáneo de enlace de representaciones. Las categorías carecen empero de una temporalidad, es decir, hacen abstracción de su objeto y de las características de éste. El esquema por el contrario, es un añadido a la categoría que determina un ambito objetivo; el esquema permite la homogeneidad entro lo espontáneo e intelectual del enlace y lo sensible de la representación. Esto es posible porque el esquema le dota a la categoría de contenido al transformarla en una regla de construcción de objetos (construya un triángulo al encerrar un espacio mediante tres rectas), o visto del otro lado, reglas para el reconocimiento de objetos (el ser humano es un animal racional).
Me parece por esto mismo, que la concepción kantiana de la categoría conlleva a pensar que ésta preexiste al esquema, como si ella fuera lo originario y el esquema lo derivado. En realidad, el pensamiento tiene una realidad propia que podemos aprehender y describir haciendo abstracción de su temporalidad mediante las categorías, pero estas, por el contrario, no significan nada antes del tiempo (ante rem) sino más bien que son una abstracción (post rem).
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sábado, 28 de noviembre de 2009
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