Cuando Macri sea presidente va a sacar el país adelante -dicen algunos- porque es un muy exitoso empresario. De más está decir que conducir una empresa y conducir un estado no es exactamente lo mismo. Dicha afirmación resulta más que evidente, ya que por definición un estado no es una empresa. Un estado no es una organización con fines de lucro, sino por el contrario, sus intereses financieros y económicos son subsidiarios a los legítimos fines del estado. En resumen, un estado no es una máquina de hacer guita, sino una máquina de hacer cosas con la guita, cosas como proteger a la población, darles salud, alimentos, educación, seguridad, orden y justicia. Un estado es entonces y muy por el contrario a una empresa, una máquina de gastar guita y como tal, no sólo no es lo mismo manejar una empresa que manejar un estado, sino que los fines de una y otra organización muchas veces están contrapuestos.
Por otra parte, algo que me preocupa terriblemente de que Macri llegue a ser presidente es la pésima pronunciación que tiene. Porque después de todo, con los millones, billones, trillones y sillones que tiene, ¿cómo es que puede pronunciar tan mal?
Ya sé que esto es un blog y no una radio, pero no puedo dejar de dedicarle este bonito tema a una amiga, que posee un sentimiento muy fuerte por Macri. Loli, ¡espero que gracias a esto puedas sacarte la bronca riéndote!