martes, 3 de noviembre de 2009

Deducción transcendental y Apercepción transcendental

Kant presenta en la Crítica de la razón pura un argumento conocido como la "Deducción transcendental de los conceptos puros del entendimiento", en el que intenta explicar cómo es que dichos conceptos pueden aplicarse sobre la intuición sensible, es decir, sobre el influjo de los sentidos. Los conceptos puros del entendimiento son actos formales de determinación de un contenido según una forma lógica determinada, la cual no contiene elementos empíricos (es decir, es pura). Dichos actos son espontáneos, en contraposición con los datos materiales para su aplicación, los cuales proceden de una facultad pasiva o receptiva, la sensibilidad, es determinada como un múltiple de datos al sufrir una intuición.

El problema central de la Deducción es entonces legitimar la pretensión del intelecto, consistente en aplicar sus conceptos en un elemento heterogéneo, a saber, el dato múltiple de la intuición sensible o sensación (el objeto de los sentidos). Dicha pretensión del intelecto -afirma Kant- es un factum o hecho indiscutible, puesto que nuestra experiencia no se compone solamente del dato recibido por los sentidos, sino que además posee un agregado proveniente de una fuente alternativa: la espontaneidad el intelecto. Así, conceptos como "causa", "efecto", "substancia", "finalidad" y demás, no solo no provienen de la experiencia, sino que por el contrario, regulan la experiencia.
La solución al problema la presenta Kant de manera concisa, mientras la desarrolla en detalle a lo largo de la Crítica: los elementos subjetivos del conocimiento son válidos puesto que son la condición de posibilidad de la experiencia. Tal es el carácter transcendental de un elemento del conocimiento.
El punto de partida es el múltiple dato de los sentidos. Éste, para formar parte de la experiencia, debe estar contenido en una representación global llamada apercepción (del latín ad perceptionem, junto a la percepción). Su carácter aperceptivo significa que esta representación acompaña a la otra representación como un "yo pienso" que refiere la percepción a una consciencia única, a un yo.
El múltiple dato de los sentidos es independiente de los conceptos intelectuales, pero aún así debe ser acompañado por el "yo pienso", el cual es un acto espontáneo y por consiguiente intelectual. Podemos sacar entonces, algunas consecuencias y conclusiones generales:
  1. La apercepción -comprendido como la espontaneidad del "yo pienso" en toda representación- es un acto originario, es decir, previo e independiente a todo otro acto o representación.
  2. La intuición de la sensibilidad es un acto derivado del intelecto, puesto que el múltiple de la intuición presupone la apercepción intelectual.
  3. La apercepción produce una unidad de representaciones; dicha unidad es condición de posibilidad de la experiencia, mientras que las condiciones materiales (sensibles) de su determinación, determinan en el mismo acto el contenido mismo de la experiencia.
La bonita y ocurrente foto que ilustra este post es Escher (1935), cortesía de Internet...

1 comentario:

  1. Juani, me gusta tu aporte y me parece correcto que señales esas cosas en las que Dawkins patina. De todas formas no era intención de mi post poner a Dawkins en un pedestral sino mostrar su diálogo con Yousef Al-Khattab.

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