jueves, 12 de noviembre de 2009

Intelecto originario vs. intelecto derivado

Nuestra consciencia es -según Immanuel Kant- el producto de aplicar al dato de nuestros sentidos las formas a priori de nuestro intelecto, las cuales son independientes de la experiencia y le dan a esta su forma. La sensibilidad es una facultad independiente a la del intelecto o entendimiento. Éste se caracteriza por su espontaneidad, mientras que aquella es meramente receptiva.
Sin embargo, la sensibilidad no es una mera facultad aparte del intelecto, sino que más bien parece ser un derivado de éste, puesto que la sensibilidad está de acuerdo con la apercepción. Así, nuestro intelecto no intuye, sino que meramente piensa, y la intuición le viene "de afuera" por obra de la sensibilidad. Tal es la consideración de un intelecto derivado.

En contraposición a un intelecto derivado, Kant propone un intelecto originario. Éste hipotético intelecto no resulta objeto de conocimiento para nuestro intelecto derivado, aunque bien puede ser pensado como existente, a consideración que su existencia sea de un género distinto a nuestra existencia física, finita, material.

Un intelecto originario sería un intelecto tal que no poseería un facultad intuitiva derivada, ni una arquitectura conceptual a priori para la construcción de la experiencia. Muy por el contrario, su contenido le pertenecería de modo tan directo que no debería ser englobado aperceptivamente: su pensamiento no sería percepción de objetos, sino que su mero pensar constituiría el ser. Nuestro intelecto derivado, por el contrario, recibe un dato múltiple, el de los sentidos, y debe ordenarlo y llevarlo a la luz del concepto para encontrar en él: substancias, causalidad y demás cosas que el sentido no percibe.
El principal candidato a una intelectualidad originaria es nada más ni nada menos que un hipotético Dios, ente supremo y creador de todo lo existente. Si al intelecto derivado le conviene la máxima cogitans sum (existo pensando, existo al pensar), a Dios no le convendría otra máxima que cogitans sunt (existen mientras yo pienso).

martes, 3 de noviembre de 2009

Deducción transcendental y Apercepción transcendental

Kant presenta en la Crítica de la razón pura un argumento conocido como la "Deducción transcendental de los conceptos puros del entendimiento", en el que intenta explicar cómo es que dichos conceptos pueden aplicarse sobre la intuición sensible, es decir, sobre el influjo de los sentidos. Los conceptos puros del entendimiento son actos formales de determinación de un contenido según una forma lógica determinada, la cual no contiene elementos empíricos (es decir, es pura). Dichos actos son espontáneos, en contraposición con los datos materiales para su aplicación, los cuales proceden de una facultad pasiva o receptiva, la sensibilidad, es determinada como un múltiple de datos al sufrir una intuición.

El problema central de la Deducción es entonces legitimar la pretensión del intelecto, consistente en aplicar sus conceptos en un elemento heterogéneo, a saber, el dato múltiple de la intuición sensible o sensación (el objeto de los sentidos). Dicha pretensión del intelecto -afirma Kant- es un factum o hecho indiscutible, puesto que nuestra experiencia no se compone solamente del dato recibido por los sentidos, sino que además posee un agregado proveniente de una fuente alternativa: la espontaneidad el intelecto. Así, conceptos como "causa", "efecto", "substancia", "finalidad" y demás, no solo no provienen de la experiencia, sino que por el contrario, regulan la experiencia.
La solución al problema la presenta Kant de manera concisa, mientras la desarrolla en detalle a lo largo de la Crítica: los elementos subjetivos del conocimiento son válidos puesto que son la condición de posibilidad de la experiencia. Tal es el carácter transcendental de un elemento del conocimiento.
El punto de partida es el múltiple dato de los sentidos. Éste, para formar parte de la experiencia, debe estar contenido en una representación global llamada apercepción (del latín ad perceptionem, junto a la percepción). Su carácter aperceptivo significa que esta representación acompaña a la otra representación como un "yo pienso" que refiere la percepción a una consciencia única, a un yo.
El múltiple dato de los sentidos es independiente de los conceptos intelectuales, pero aún así debe ser acompañado por el "yo pienso", el cual es un acto espontáneo y por consiguiente intelectual. Podemos sacar entonces, algunas consecuencias y conclusiones generales:
  1. La apercepción -comprendido como la espontaneidad del "yo pienso" en toda representación- es un acto originario, es decir, previo e independiente a todo otro acto o representación.
  2. La intuición de la sensibilidad es un acto derivado del intelecto, puesto que el múltiple de la intuición presupone la apercepción intelectual.
  3. La apercepción produce una unidad de representaciones; dicha unidad es condición de posibilidad de la experiencia, mientras que las condiciones materiales (sensibles) de su determinación, determinan en el mismo acto el contenido mismo de la experiencia.
La bonita y ocurrente foto que ilustra este post es Escher (1935), cortesía de Internet...

jueves, 29 de octubre de 2009

Kundalini, chakras e iluminación

Dentro de la filosofía yóguica hindú existe el concepto de Kundalini (espiral), una suerte de energía física latente en la base de la columna vertebral, muchas veces concebida como una energía serpentina. El yoga busca despertar dicha energía tras arduos ejercicios físicos y psicológicos, mediante el desarrollo de la consciencia propia. Al despertarse el Kundalini, la consciencia se expande volviéndose el individuo más consciente, sabio
y realizado, pues supone el desarrollo de las potencialidades inherentes al ser humano, y conlleva comprensión, alegría y amor.

El desarrollo del Kundalini se comprende como el despliegue de su energía potencial a través de siete chakras o vórtices energéticos, situados de la columna vertebral. Estos chakras no son entidades materiales o pertenecientes al cuerpo físico, sino que pertenecen al alma o cuerpo sutil; sin embargo, en las concepciones hinduístas, el cuerpo sutil está en superposición con el cuerpo material y consecuentemente, el chakra posee una correspondencia material o al menos, una localización física.

Al ser vórtices energéticos, los chakras poseen la función de regular una zona o función del organismo. Los sietes chakras son, groseramente considerados:

  1. Cóccix (base de la columna): regula el cuerpo físico, la salud general y la estabilidad.
  2. Hueso sacro (en la cadera): regula la genitalidad, la creatividad, la emocionalidad y el entusiasmo.
  3. Plexo solar: regula la digestión, el crecimiento y la expansión personal.
  4. Timo (y a veces el corazón): regula el sistema imnunológico, la circulación, el amor, la pasión  y la devoción.
  5. Tiroides: expresión, comunicación, fluencia del pensamiento.
  6. Glándula pineal (tercer ojo): el "ojo de la mente", imaginación, intuición, percepción.
  7. Glándula pituitaria (dentro del cráneo): consciencia pura, regula la meditación y la únion con "lo transcendente".
Como comentario final, me gustaría comentar que encuentro una similitud muy profunda entre el Kundalini y la Psicología transpersonal e incluso con la Pirámide de Maslow. Tanto en ella como en el Kundalini se presenta una escala de desarrollo individual y la promesa de la iluminación o realización del individuo.

martes, 27 de octubre de 2009

Werner Heisenberg y el problema cuerpo-mente

...Pauli once spoke of two limiting conceptions, both of which have been extraordinarily fruitful in the history of human thought, although no genuine reality corresponds to them. At one extreme is the idea of an objective world, pursuing its regular course in space and time, independently of any kind of observing subject; this has been the guiding image of modern science. At the other extreme is the idea of a subject, mystically experiencing the unity of the world and no longer confronted by an object or by any objective world; this has been the guiding image of Asian mysticism. Our thinking moves somewhere in the middle, between these two limiting conceptions; we should maintain the tension resulting from these two opposites.

Heisenberg, Werner, 1990, "Across the Frontiers"



...Pauli habló de dos concepciones límite que han sido ambas extraordinariamente fructíferas en la historia del pensamiento humano, aunque no poseyeran genuina realidad. En un extremo se encuentra la creencia de un mundo objetivo que recorre su curso regular en el espacio y el tiempo, independientemente de cualquier tipo de sujeto que lo observe; ésta ha sido la imagen guía de la ciencia moderna. Del otro extremo está la idea de un sujeto que experimenta místicamente la unidad del mundo y no es confrontado por ningún objeto o mundo objetivo; ésta ha sido la imagen guía del misticismo asiático. Nuestro pensamiento oscila en algún lugar en el medio entre estas dos concepciones límite; debemos mantener la tensión resultante de estos dos opuestos.

Heisenberg, Werner, 1990, "Mas allá de las fronteras."

jueves, 22 de octubre de 2009

Marihuana, THC, Dronabinol y Marinol



El compuesto activo principal de la marihuana se conoce como THC (tetrahydrocannabinol) y sus efectos, tanto los psicoactivos como los originados en el consumo recurrente, no suelen ser expuestos con la claridad, precisión y seriedad que se exige a un estudio científico. Mi interés aquí no es hacer una exposición completa de este tema, sino más bien mostrar cómo aparece un doble discurso en torno al uso de la marihuana. Por un lado se dice que la marihuana quema (destruye) los neurorreceptores sobre los que actúa,  aumenta las posibilidades de un paro cardíaco, provoca adicción, es cancerígena y genera mutaciones en los gametos (células reproductivas, espermatozoides u óvulos), si bien no existen estudios concluyentes sobre estas cuestiones. Por otra parte, se sintetiza THC para su uso farmacéutico, bajo el nombre de Dronabinol.
El Dronabinol no es más que THC sintético y produce los mismos efectos que dicha substancia. Sin embargo, el THC natural y la planta de cáñamo o marihuana han sido fuertemente controladas por los gobiernos del mundo y demonizadas constantemente por sus supuestos efectos degradantes para el organismo y la moral del consumidor. Solvay piensa diferente. Esta empresa farmacéutica sintetiza THC (es decir, Dronabinol) bajo el nombre comercial de Marinol. Se lo prescribe con el fin de estimular el apetito y antiemético (para detener vómitos o náuseas), muchas veces para pacientes HIV positivo, pacientes en tratamiento de quimioterapia o incluso para tratar la anorexia. A continuación les dejo el prospecto de esta beneficiosa substancia producida costosamente en laboratorios. La foto es de una medicina a base de marihuana, que solía venderse en Estados Unidos.

Marinol

lunes, 19 de octubre de 2009

La lógica de la plenitud vs. la lógica de la escasez

Sin embargo, hay algo tan extraño en esta idea del valor absoluto de la mera voluntad sin que entre en consideración ningún provecho al apreciarla, que, al margen de su conformidad con la razón común, surge inevitablemente la sospecha de que acaso el fundamento de todo esto sea simplemente una sublime fantasía y que quizá hayamos entendido erróneamente el propósito de la Naturaleza al haber dado a nuestra voluntad la razón como directora. Examinemos entonces la idea desde este punto de vista.
[…] si en un ser dotado de razón y de voluntad el propio fin de la Naturaleza fuera su conservación, su mejoramiento y, en una palabra, su felicidad, la Naturaleza habría tomado muy mal sus disposiciones al elegir la razón de la criatura como la encargada de llevar a cabo su propósito. En efecto, todas las acciones que en este sentido tiene que realizar la criatura, así como la regla general de su comportamiento, podrían haber sido dispuestas mucho mejor a través del instinto, y aquel fin podría conseguirse con una seguridad mucho mayor que la que puede alcanzar la razón […]
En realidad, encontramos que cuanto más se preocupa una razón cultivada del propósito de gozar de la vida y alcanzar la felicidad, tanto más se aleja el hombre de la verdadera satisfacción, por lo cual muchos, y precisamente los más experimentados en el uso de la razón, acaban por sentir, con tal de que sean suficientemente sinceros para confesarlo, cierto grado de misología u odio a la razón, porque tras hacer un balance de todas las ventajas que sacan, no digo ya de la invención de todas las Artes del lujo vulgar, sino incluso de las Ciencias (que al fin y al cabo les parece un lujo del entendimiento), encuentran, sin embargo, que se han echado encima más penas que felicidad hayan podido ganar, y, más que despreciar, envidian al hombre común, que es más propicio a la dirección del mero instinto natural y no consiente a su razón que ejerza gran influencia en su hacer y omitir.
Immanuel Kant, Fundamentación metafísica de las costumbres.

La racionalidad humana es para Kant un atributo que en mucho excede lo natural. Cabe aclarar aquí, que Kant es presa de una visión dualista: por un lado se encuentra la naturaleza, la contingencia y el ser; por el otro, la espiritualidad, la necesidad y el deber ser. La buena voluntad pertenece a este segundo género, y nada del primero le es propio: la buena voluntad no supone la realización (que siempre es empírica y contingente) de aquello que ella manda. La razón por su parte, es una facultad presente en el sujeto, no para conducir su vida animal o natural (como los instintos) sino para conducir su vida espiritual. Es por esto mismo que la racionalidad no conduce al placer o a la riqueza, si por placer y riqueza comprendemos bienes materiales. La razón nos impulsa más allá del mundo empírico, material, fenoménico, hacia el mundo del espíritu, sublime fantasía, pero fantasía que es realizable en el obrar racional.

Nietzsche, por su parte, reconocía en El nacimiento de la tragedia la posibilidad de intuir la esencia misma de la vida, tras su multiplicidad y diversidad fenoménica. Dicha esencia es brutal: millones de seres vivos son obligados a competir violentamente entre sí para obtener los medios de su subsistencia, la cual, en el mejor de los casos es infinitamente breve; al nacer emergemos de una eternidad de oscuridad en la que no existimos, y nos perdemos nuevamente, tras nuestra muerte, en la nada. La vida es lucha y la lucha sufriemiento. El carácter numénico y terrible de la existencia sólo puede ser tolerado cubierto por un velo, el velo de Maja, que sugiere la verdad de un modo poético. Quien mira al mundo con los ojos desnudos queda ciego, al menos de momento. Esa es la enseñanza de Nietzsche, de la filosofía de la India y de Platón.

La razón y la inteligencia, como facultades impulsoras de la vida subjetiva, se vuelven entonces problemáticas pues pretenden sumir al individuo en el mar del sinsentido. Veamos que opina nuestro antifilósofo de turno, sobre esto.



Claro. La cosa es simple; Kant y Nietzsche se confunden porque dan muchas vueltas. Por suerte lo tenemos a Rozi para que nos aterrice la filosofía, porque mucho vuelo hace mal. Macri se pone nervioso y se muerde la cola. Pero volviendo, la idea -según Rozitchner- es que hay gente "neurótica" que tiene una visión perniciosa de la inteligencia, consistente en identificarla con una profunda intuición de la problematicidad de la vida. La gente sana en cambio, que tiene fuerza y dinero para vivir, se expresa en la creatividad que tienen para vivir bien y alcanzar nuevos peldaños de realización personal, nuevos puestos de trabajos, mayores sueldos y no se preocupan porque todo va a estar bueno.

Mi opinión, por el contrario, es que la inteligencia y la razón son un par de facultades independientes de nuestras necesidades materiales como organismos, que pretenden llevarnos más allá de dicha materialidad. Así, como Maslow, creo que cuando los peldaños inferiores de nuestras necesidades son satisfechos (necesidades fisiológicas y de seguridad), podemos remontar vuelo a experiencias más elevadas y menos atadas a la materialidad, como la amistad, el amor, el arte, el pensamiento desinteresado (el amor al conocimiento, la filosofía) y todo aquello que es comprensible bajo los peldaños sociales y de estima en la pirámide de Maslow.

Los objetivos que la inteligencia y la razón persigue son irreales, son una mera fantasía. Pero una fantasía que la razón y la inteligencia misma pueden realizar y que en nada deben envidiar la materalidad de la realidad que nos es dada, sino que por el contrario, deben imponerse sobre la materialidad dada y moldearla para hacer del mundo un mejor lugar. Sin embargo, en su impulso de vuelo hacia la altura y hacia la espiritualidad, las facultades humanas superiores -inteligencia y razón, desprovistas de una necesidad material- deben enfrentarse con un lastre: el pensamiento técnico, materialista, perteneciente a una lógica de la escasez, donde toda acción supone un costo y debe evaluarse según sus beneficios.

Este tipo de pensamiento, hipotético o instrumental, está en clara contradicción con el impulso del hombre hacia la dignidad y la espiritualidad, pues este impulso exige su realización de manera categórica, es decir, sin tener en cuenta los fines, pues es un fin en sí mismo. Su lógica es, muy a diferencia del pensamiento instrumental, la lógica de la plenitud. Al realizar nuestras habilidades materiales, nos vaciamos; al realizar nuestras habilidades espirituales no nos vaciamos, sino que nos llenamos, nos perfeccionamos y superamos lo terrible de la realidad, porque nos enfrentamos cara a cara con ella y la hacemos más habitable para un ser racional, espiritual, que desdeña condenar a un igual para mantenserse a sí mismo.

Cuando la lógica de la escasez toma la forma de una sabiduría de vida, o mejor dicho, cuando la usurpa, com oen el caso de Rozitchner, pretende evitar el desarrollo de la lógica de la plenitud, de la espiritualidad, pues ésta pone en jaque al sistema actual, basado en la escasez, y gracias al cual algunos poseen una buena vida y otros no. Una mente simplista y subdesarrollada a nivel espiritual (como es el caso de Macri y Rozitchner, y de cualquiera que crea que el capital vale más que la dignidad humana), sólo puede temblar cuando pretenden quitarle aquello que hace a su dignidad: la riqueza material.

Psicología transpersonal, Maslow y Marketing

La psicología transpersonal es una corriente psicológica que estudia los aspectos transpersonales de la experiencia humana, la superación de uno mismo y la vida espiritual, y pretende -entre otras cosas- describir  e integrar a la teoría psicológica moderna la experiencia mística, comprendida como conversión religiosa, estados alterados de consciencia y trance, entre otras. Abraham Maslow fue uno de sus fundadores y pioneros. Maslow es recordado por su célebre piramide o jerarquía de las necesidades humanas. Ésta representa la condición humana como una pirámide de necesidades, en el cual cada escalón supone un nuevo grupo de necesidades que deben ser satisfechas antes de poder acceder a un nivel mayor. Los cinco escalones representan las necesidades fisiológicas, de seguridad, de amor y pertenencia, de estima y status y finalmente, de autorrealización.

Las necesidades fisiológicas hacen referencia a todo aquello necesario por nuestro cuerpo material para funcionar y hacerlo de un modo satisfactorio. Al ser satisfechas, las necesidades de seguridad deben dominar la conducta del individuo y esto implica hacer que el mundo sea un lugar ordenado, predecible, justo, consistente, familiar. Esto abre las puertas al mundo social y a las relaciones emocionales en general, a la pertenencia, la amistad, el amor y al vínculo con el otro, en general. Una falla al satisfacer este rango de necesidades puede provocar depresion o ansiedad, de manera tan fuerte incluso que el individuo puede llegar a dejar de lado la satisfacción de una necesidad de un peldaño inferior, como por ejemplo, la de alimentarse.
Posteriormente, el sujeto desea reconocimiento, respeto y estima. Esto se da a dos niveles; en un primer nivel la exigencia es externa, pero luego en el nivel mayor, la exigencia es interna y supone una exigencia propia del individuo para consigo mismo y si no logra concretarse pueden surgir problemas de autoestima. Finalmente, la necesidad de autorrealización es la necesidad de realizarse completamente como individuo y es -según Maslow- la necesidad concreta por la que todos los peldaños anteriores cobran sentido.

La Pirámide de Maslow fue una de los pilares del Marketing como ciencia. O mejor dicho, la Pirámide de Maslow es uno de los primeros estudios psicológicos utilizados para comprender los motivos de las acciones de los consumidores con el fin de aumentar las ventas, mediate el diseño del producto de acuerdo a las necesidades del consumidor.

La consecución de la autorrealización conduce a los que Maslow llama experiencias cúspide (peak experiences), estados estáticos teñidos de euforia, armonía y empatía, que muchas veces son caracterizados por sus participantes como poseedores de un valor místico, espiritual o religioso. Estas experiencias son aquellas que nos definen como personas en el más pleno de los sentidos, ya que nos constituyen moral y artísticamente. Negarle a una persona la posibilidad de desarrollar su más íntima esencia, significa asimismo negarle la posibilidad de constituirse plenamente como persona, con derechos y obligaciones, facultades y disciplina, gracia y solemnidad.

El Marketing posee total legitimidad como herramienta e incluso es necesario, ya que la brecha entre la producción -el producto- y el consumidor exige ser superada para la satisfacción de la necesidad. Sin embargo, el Marketing amenaza constantemente con exceder su naturaleza y constituirse  independiente de la necesidad, es decir, constituir necesidades. Te podés comer un plato de lentejas y un "manjar exquisito" de un restaurant careta y te satisfacen la misma necesidad, no necesitás leer Epicuro para enterarte.

¿Pero qué pasa con la autorrealización? La autorrealización es una acción simbólica. Plantar un árbol no significa alcanzar el nirvana; la autorrealización proviene de la realización de una potencia interna. Pero el Marketing erigido como organon pretende determinar cual es la acción del individuo: pretende decirle cuál es su naturaleza interna que debe desarrollar. El dominio del Marketing se limita empero al ámbito de las mercancías, sean materiales o simbólicas. La realización personal dista mucho de ser una mercancía, ya que no puede ser comprada ni vendida.

El impulso de autorrealización posee un objeto determinado, un ideal mediante el cual el individuo se sublima. El marketing, al intentar penetrar en la esfera de la autorrealización y de regirla mediante las leyes de oferta y demanda, se transforma en un obstáculo al impulso de autorrealización, pues pretende vaciar el contido del impulso y determinarlo según la oferta, según la moda, según lo que vulgarmente se conoce como "Marketing". El Marketing pretende así hacer de la autorrealización una mercancía, un objeto, algo regido por las caprichosas leyes del mercado; pero recordemos que lo que aquí está en juego es el ideal máximo del hombre, la razón de su vida.

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